25/6/09

El problema del mal (1)

Siguen unas reflexiones que me ha sugerido una entrada sobre la existencia del infierno del blog de Marié:

Como estudiante de Dharma he de poner esfuerzo especial en abandonar actitudes mentales rígidas con respecto a personas buenas y personas malas con naturalezas fijas. Primero porque estas mentes son mentes equivocadas, de acuerdo con el Dharma, -- no corresponden a la realidad --, y segundo porque son mentes dolorosas. Puedo pensar en que en la sucesión de la multitud de vidas de los seres, e incluso dentro de una misma vida, los roles respectivos de amigos y enemigos, de monstruos y víctimas, cambian contínuamente. Si me acuerdo de las enseñanzas sobre impermanencia sutil, todos los fenómenos -- incluídas todas las personas y situaciones -- son momentáneamente impermanentes, quiere decir que cambian día a día y momento a momento. El mundo y la persona de esta mañana han dejado de existir, han cesado completamente, y el mundo y la persona de esta tarde son totalmente nuevos. Pero al momento siguiente cesarán, porque nada permanece por un segundo momento.

Pensando así mi miedo disminuye y la mente se serena. Porque, si lo miro bien, de acuerdo con el Dharma, ¿de dónde sale el infierno, y estos torturadores (que vienen a hacerme daño)?

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