7/4/10

Repasando las Etapas del Camino (18)

El decimoctavo día recuerdo la decimoctava instrucción del Lamrim, de familiarizar la mente con la práctica de dar, pensando:

¡Que todos los seres tengan felicidad! ¡Yo mismo les daré a todos los seres la felicidad que desean! Motivado por esta intención superior imagino que mi cuerpo se convierte en una joya de cumplir deseos. De esta joya irradian infinitos rayos de luz de sabiduría en todas las direcciones, llegando a la mente y cuerpo de los infinitos seres sintientes que hay en mundos sin límite. Imagino y creo firmemente que como resultado de mi práctica de dar todos los seres vivos sin excepción están experimentando felicidad pura. Con esta convicción genero una sensación especial de alegría. Ésta sensación de alegría es el objeto de meditación.

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