25/6/10

Por qué meditar en el infierno




Si quiero ver más razones para ayudarme a generar convicción en la existencia del infierno, en el Camino Gozoso de Buena Fortuna puedo encontrar más. Pero, ¿por qué meditar en el infierno?

Aunque existen otras razones, como reducir el orgullo o generar compasión, la razón principal de meditar en los infiernos es para no caer allí, sencillamente. Si un camino lleva a un abismo, es bueno saberlo, que esté indicado, para no caer en él. Si sigo un camino que lleva a un abismo, por mucho que piense que en la era moderna o en democracia ya no existen abismos ni barrancos, esto no me impedirá caer. Por tanto, tengo que examinar la cuestión bien. Si no, seré como el Loco (o el Tonto) de las cartas del Tarot, que está a un paso de volver a caer en el abismo de los renacimientos incontrolados, mientras quiere creer lo que todos le han dicho, que en el samsara todo es felicidad. Incluso el pobre perro parece saber más que él y trata inútilmente de advertirle.

A veces he pensado en poner lado a lado esta imagen del Loco y la pintura de Nicholas Roerich 'La Que Guía', porque ilustran el contraste entre los caminos mundanos por una parte -- fáciles, independientes y felices en apariencia, pero que en realidad conducen a lo contrario --, y los caminos espirituales por otra -- arduos, dependientes de un guía, y sombríos en apariencia, pero que en realidad conducen a lo contrario.

(En la pintura de Roerich el discípulo es guiado probablemente al reino interno de Shangri-la o Shambala del Norte. Ampliar las imágenes para ver mejor).

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