21/7/11

Fuente de todo lo bueno (1)

Tal como puedo inferir la causa, fuego, por medio de observar el efecto, humo, ¡qué maravilloso será el día en que podré inferir la causa, el Guía Espiritual, por medio de observar el efecto, las realizaciones espirituales!

A las veintiuna meditaciones tradicionales del Lamrim he añadido una vigesimosegunda (para mi uso personal, que nadie se asuste) que es igual que la primera, confiar en el Guía Espiritual, pero no exactamente igual. En ella me determino a confiarme al Guía Espiritual principalmente a través de entender que el Guía Espiritual es la fuente, o causa substancial, de todas las realizaciones espirituales.

Con algo de sabiduría no me ha de costar reconocer que yo, por mí mismo, no tengo ningún poder para alcanzar realizaciones espirituales auténticas; después de todo, si conseguir realizaciones espirituales estuviese en mi poder, ¿qué me habría impedido tener ya realizaciones desde hace muchísimo tiempo?

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